“Esta es tu vida; haz lo que amas, y hazlo a menudo. Si no te gusta algo, cámbialo.”
The Holstee Manifesto
Para muchas personas, la vuelta de las vacaciones representa una vuelta a la “realidad”, a la rutina, al piloto automático (trabajo, agendas llenas, tareas y responsabilidades diarias, poco tiempo personal…).
Estas personas han deseado durante un año entero que llegara el momento de las vacaciones para desconectar de su rutina y respirar aire fresco, y cuando se terminan, se quedan con unos sentimientos de desánimo y de estrés por tener que “aguantar” su vida cotidiana hasta que llegue otra vez un momento especial.
Si la transición entre las vacaciones y tu vida cotidiana se hace realmente difícil, es el momento de preguntarte lo siguiente:
¿Me siento realmente feliz, plena y realizada con la vida cotidiana que llevo?
O más bien, ¿me siento atrapada en una rutina que no me llena? Como si fuera la que te toca vivir y que no la pudieras cambiar.
Si sientes que tienes “momentos” de felicidad durante el año pero que no eres verdaderamente feliz con la vida cotidiana que llevas, lo que viene a continuación es para ti.
Las vacaciones representan una ínfima parte de todo el año; en cambio, la vida cotidiana representa la mayor parte de ésta.
En este artículo te quiero transmitir que sí es posible volver a una vida cotidiana que te motiva, que te llena, que te ilusiona.
Y para conseguirlo, ¡tú tienes que crear los cambios que necesitas!
Te comparto 5 consejos que te guiarán en este cambio que quieres crear:
1. Cierra la etapa “vacaciones» e inicia la etapa “vida cotidiana» lo mas rápido posible
Es el primer consejo y el más práctico para adaptarte de forma cómoda a tu vuelta y acoger con ganas la nueva etapa que empieza.
- Al llegar a casa, toma un momento para deshacer las maletas y guardar todo. No te quedes a medias entre dos etapas.
- Prepara tu casa para que sea acogedora y que tengas ganas de volver a tu hogar, a tu espacio de intimidad. Lo más recomendable es irte de vacaciones ya con la casa limpia y preparada para tu vuelta, pero si no lo has hecho antes, será a la vuelta cuando le tengas que dedicarle una parte de tu tiempo libre. Cuanto antes, mejor.
Estas acciones sencillas te ayudan mucho mentalmente ya que invitan a una transición rápida y suave a la vez; reduciendo tu estrés post-vacacional y aumentando tu serenidad.
2. Empieza la nueva etapa “vida cotidiana” con objetivos que te motivan
Llamo estos objetivos “las intenciones”: tanto grandes como pequeñas, están enfocadas en tu desarrollo personal, en vivir tu vida con un rumbo, con un propósito, para salir del piloto automático en el que estás actualmente y añadir cosas en tu vida cotidiana que le den sentido.
No esperes a ver lo que te va a traer la vida, cultiva tú mismo las miles de oportunidades que te ofrece.
Sal de tu zona de confort, en la que ni siquiera estás cómodo pero en la que te sueles quedar por miedo a lo desconocido. Fuera de esta zona de confort encontrarás una zona llamada “Magia”: un mundo de posibilidades infinitas, de oportunidades maravillosas.
Para un mayor compromiso con tus intenciones, te recomiendo que cada final de mes, tomes un momento contigo mismo para escribir las intenciones que quieres cumplir durante el mes siguiente.
Al escribirlas, tomas tiempo para reflexionar sobre el por qué las eliges y para qué las quieres tener presentes en tu vida. Además, pasas un acuerdo contigo misma para mejorar tu vida, el cual te motiva para acordarte de ellas día tras día para cumplirlas.
3. Elige tu actitud
La actitud que eliges tener determinará tu felicidad.
No estás en este mundo para “aguantar” tu vida, ni enfocarte siempre en lo que te falta. Como responsable de tu propia vida, tienes que tener bien claras las cosas que no puedes controlar e invertir tu energía (¡la cual es tan valiosa!) en el ámbito correcto: tú.
Cuando vuelves de vacaciones, no te quedes con la pena de lo que ya no vas a tener. Al contrario, recárgate de toda la energía que te han aportado y empieza tu vida cotidiana con ganas de descubrir y vivir plenamente cada momento que llegará.
¡Mira siempre hacia adelante, no hacia atrás!
4. Céntrate en ti misma, en tu propia vida y en tu bienestar
Recuerda siempre que tu bienestar no es un extra; es esencial para vivir una vida sana y plena.
Todos los días saca un momento para invertirlo en ti misma, en tus actividades favoritas que te llenan y te recargan de energía.
Cuando tu cerebro te quiere engañar con las excusas del “tengo mucho trabajo” y “no tengo tiempo”, recuerda que todos tenemos al menos 15 minutos libres en el día, pero elegimos invertirlos en diferentes cosas.
Toma conciencia de las cosas en las que eliges invertir tu tiempo libre y pregúntate “¿esto que estoy haciendo ahora mismo me aporta bienestar?”
El objetivo es poder realizar una o varias acciones en plena conciencia, las cuales te aportarán la dosis de bienestar que necesitas diariamente para luego fomentar tu ánimo, motivación y productividad.
5. Entra en el camino del autoconocimiento
Deshazte de las etiquetas que te pones a ti mismo o que los demás te han puesto durante toda tu vida y del “yo soy así”.
Aprende a conocerte profundamente – “¿quién soy yo realmente?” – a entender tus pensamientos, emociones, comportamientos, valores, fortalezas, límites, inseguridades…
El autoconocimiento es la base para vivir una vida realmente feliz y plena:
- Mejoras tu relación contigo misma: tienes más amor propio, benevolencia, comprensión y dejas de luchar contigo misma constantemente.
- Mejoras tu relación con los demás: te abres a nuevas perspectivas, juzgas y criticas menos.
- Defines tus objetivos y prioridades con mucha más claridad: tomas conciencia de lo que quieres para ti y tu vida y vas a por ello.
Sin embargo, es un camino largo y profundo, y es recomendable recibir una ayuda externa.
Una de las herramientas poderosas que facilitan el autoconocimiento es el Coaching: un Coach te acompaña para conseguir tus objetivos personales o profesionales a través del autoconocimiento, trabajando en tus creencias limitantes, inseguridades e inquietudes que no te permiten llegar a tu situación ideal.
La inversión en ti misma es la mejor inversión que puedes hacer en tu vida:
Puedes invertir en diferentes cosas materiales y experiencias, pero si no estás bien en tu interior, nunca nada será suficiente para que seas feliz. En cambio, cuando tú eres realmente feliz y estás en paz, ves y vives la vida de otra manera, a TU manera.
Recuerda que la vida es todos los días, todas las temporadas, todos los momentos. Y sólo tú puedes hacer que cada día de tu vida cuente.
Melanie
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