“Cada día me miro en el espejo y me pregunto: ‘si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?’. Si la respuesta es ‘No’ durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”.
– Steve Jobs
Escribo este artículo, no desde la perspectiva de la Coach Personal y Ejecutivo en la que me convertí, sino desde la perspectiva de la persona que era hace unos años antes adentrarme en un proceso de Coaching por primera vez.
En aquel momento, pensaba que la visión que tenía para mi vida era la más “prestigiosa”: crecer profesionalmente y trabajar en empresas multinacionales.
Solía identificar mi persona únicamente con el puesto de trabajo que ocupaba, me convencía de que mi carrera profesional tenía que pasar por encima de todo, incluso si eso significaba sacrificar mi bienestar personal.
Consideraba que no tenía tiempo para pensar en mí, para frenar y cuidar mi salud mental. Que todo lo que no fuera productivo para cumplir mis objetivos de trabajo era una pérdida de tiempo.
Entonces, ¿cómo llegó el Coaching a mi vida?
Empecé a buscar soluciones cuando me cansé de la situación en la que me había metido yo misma: estaba tan mal mentalmente (estrés, ansiedad, desmotivación) que eso repercutía en mi físico (dolores de cervicales durante más de un año sin encontrarle solución, vértigos y mareos constantes, pérdida de peso involuntaria…).
Un día dije: “¡Basta! No quiero vivir así el resto de mi vida, quiero y me merezco ser feliz”.
Sabía que tenía que tomar yo la acción para que las cosas cambiaran de verdad. Para mí, el Coaching significaba tomar conciencia y actuar: era mi solución.
¿Y cómo el Life Coaching ha cambiado mi vida?
Al empezar mi camino de autoconocimiento y crecimiento personal, hice unos descubrimientos que fueron claves para mi cambio:
Conocer quién soy yo verdaderamente, independientemente de mis diferentes roles en la sociedad.
Deshacerme de todas las etiquetas que me he puesto y con las que me he identificado prácticamente toda mi vida, y finalmente elegir quien quiero ser ahora.
Encontrar mis valores fundamentales, las motivaciones esenciales dentro de mí que me llevan hacia la vida que quiero vivir.
Identificar los pilares de mi vida en los que necesitaba enfocarme y mejorar para crear un equilibrio.
Entender que yo soy el motor de mi felicidad y que depende de mí elegir qué actitud quiero adoptar en mi vida: de protagonista o de víctima.
Y todo tomó sentido. Todo cambió. Empecé a crear magia dentro de mí y en mi vida.
Con esta toma de conciencia, reconocí finalmente mi valor, y decidí invertir mi energía en los ámbitos correctos:
– He creído en mí misma y en mis sueños y he ido a por ellos.
– He creado un nuevo equilibrio de vida que me llena y me hace verdaderamente feliz.
– He integrado unos hábitos saludables a mi día a día para cuidar mi bienestar.
– He mejorado mi relación conmigo misma y por tanto, con mi entorno.
– He aprendido y sigo aprendiendo cada día a priorizarme, cuidarme y quererme.
Hoy puedo decir que el Coaching me ha ayudado a cambiar mi vida gracias a sus maravillosas técnicas, y yo he sido el origen de este cambio, gracias a mi atrevimiento, a mi motivación, a mi compromiso, a mi paciencia y a mi perseverancia.
Y tú, ¿quieres atreverte a cambiar tu vida?
Recuerda, ¡te mereces crear y vivir una vida a TU manera y nunca es demasiado temprano o tarde para hacerlo!
Melanie
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